A tres años del terremoto en el sur del Perú, nuestros hermanos aún nos necesitan

Condición de vida de los damnificados no muestra mejoría

Cómo no recordar el terremoto que remeció el sur de nuestro país hace tres años, si fue uno de los secesos más tristes y horribles que vivimos los peruanos.

Como sabemos, el epicentro se originó en el mar peruano, al oeste de Pisco; afectando también a Ica y Lima.

Las secuelas que ha dejado el terremoto son terribles, para algunos más que para otros. Ninguno de los que vivimos este suceso sabíamos en qué momento terminaría aquel movimiento que cambió las vidas de muchos.

Sin embargo, Ica, Cañete, Pisco, Chincha Alta, Chincha Baja, Tambo de Mora y San Luis de Cañete; vivieron momentos muchos más crueles de lo que cualquiera nos hubiéramos podido imaginar. Pues el terremoto de 7.0 grados en la escala de Richter (7.9 grados en la escala Magnitud Momento), dejó miles de herido y damnificados, sumándole a esto, casi 600 muertos.

Hoy se cumplen tres años desde aquel terrible suceso; y las condiciones de vida de estas personas son terribles, pues cientos de familias viven protegidos bajo cartones y costales con los que han tenido que fabricar carpas improvisadas para protegerse de alguna manera del intenso frío que estamos viviendo.

Sin embargo, los diversos medios de comunicación nos han mostrado las terribles condiciones de vida en las que nuestros hermanos se encuentran. Y por desgracia, no cuentan siquiera con los servicios de primera necesidad.

Ayudemos a nuestros hermanos. Es muy lindo ver que nuestro país se pone de pie cuando ocurren desgracias como estas ya sea dentro o fuera de nuestro Perú. Pero a pesar de cumplirse hoy tres años del terremoto, todavía la ayuda no puede cesar. Recordemos que todos merecemos tener calidad de vida, y estas personas merecen vivir en mejores condiciones. Recordemos que nuestros hermanos damnificados aún nos necesitan.